Los días que siguieron a aquel 18 de julio fueron muy activos. Todo el pueblo se volcó a defender la República, especialmente los chicos mayores que se ofrecieron para ir a defenderla al frente de Aragón, en Zaragoza y Huesca.

En el pueblo, cada semana pasaba un camión por las calles, recogiendo alimentos para el frente. Recuerdo las imágenes de hombres y mujeres llevando gallinas y cerdos para los milicianos, también harina en "coixineras", incluso algún cordero. Nosotros le llamábamos "coixinera" a la funda del colchón utilizada como saco para llevar harina.
Es en este momento que nuestros padres acuerdan construir cooperativas a partir de su propia tierra e incorporando la tierra que los terratenientes habían abandonado al ir al bando nacional. La euforia es indescriptible, el pueblo vivió una fiesta hasta que empezamos a conocer las muertes en el frente.
1 comentario:
Gracias por compartir estas vivencias, que forman parte de la historia de tod@s.
Que diferente es todo en los ojos de un niño,no?
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