miércoles, 12 de diciembre de 2018

Los primeros años de enseñanza durante el Franquismo

Hoy quiero retomar los primeros años de mi enseñanza justo después de la Guerra Civil. Antes de que pueda olvidar todo lo ocurrido, ya que, la edad no perdona y aún y no estando enfermo se te van olvidando las cosas.

Ya hemos hablado sobre mi infancia y mi visión de la Guerra en esa edad, y ahora le toca el turno a la pubertad. El inicio del colegio a mis 10 años,  justo al terminar la Guerra en 1939 ,es cuando abrieron las puertas de los colegios públicos, estando las aulas dentro del ayuntamiento, la única opción sin tener que pagar un colegio de monjas.

Estábamos separados por sexos, las niñas por un lado y los niños por el otro. En mi aula tuve la mala suerte de tener un maestro, si podíamos llamarlo así, dado que no tenia ni idea de nada, tenia solo 20 años y era falangista, por lo que la única enseñanza que impartía era  la historia de los reyes católicos y la expulsión de los judíos, el abecedario nos lo enseñaba cantando, y le gustaba aun más cuando nos equivocábamos y nos podía dar golpes, con su regla de madera de 80 cm.
Los recreos no eran para jugar, sino para disciplinarnos a base de hacernos cantar el cara sol.
Cada tarde recibíamos la visita del cura del pueblo, que nos inculcaba más religión.
Para aquellos que nuestros padres podían pagar algo más, nos daban clases de 6 a 7 de la tarde, para aprender lo que no habíamos aprendido por la mañana.

Hace 10 años me enteré a través de un amigo, que todos aquellos profesores que habían estado enseñando en la República, de entre ellos el 80% fueron desterrados y hasta el año 65, no fueron aceptados de nuevo, recuperando su profesión y trabajo. El 20% fueron fusilados por los valores de la República. 

Quiero dejar claro que la enseñanza para el pueblo obrero, era escasa y pobre. Para complementar esa enseñanza, el Franquismo promovió la educación privada únicamente para aquellas clases sociales que se lo podían permitir.

Durante el Franquismo estábamos obligados a seguir ideologías de las cuales no creíamos, como por ejemplo ir a misa todos los domingos, y escuchar en ella a jesuitas o pagar 5 duros en caso de decir una blasfemia en la calle, algo bastante usual. Eramos castigados a base de golpes y palizas, incluso siendo culpable de ello la iglesia, un claro ejemplo fue, cuando en mis 12 años, estábamos con unos amigos obligados a asistir a misa, y por comentar entre nosotros alguna cosa, el alcalde del pueblo, nos dio un puñetazo a los tres sin miramientos. Nos levantamos y nos fuimos de allí prometiéndonos después de lo ocurrido, que jamas volveríamos a misa.

 Recuerdo un episodio que jamas olvidaré, a mis 14 años, estando arreglando el huerto de mi casa, pasó un grupo de soldados con un joven teniente, que me preguntó donde estaba la carretera de Linyola y a mi no se me ocurrió contestarle en castellano, sino que le respondí en catalán. Me pegó tal puñetazo en la cara, que me tiró al suelo, chillándome: " Háblame en cristiano, no me hables como los perros (catalán).

Otro ejemplo de los efectos del Franquismo, es las situaciones que tuvimos que vivir por tener familiares exiliados, los golpes y palizas que no podían darles a ellos, los recibíamos nosotros.

Para todos aquellos jóvenes de hoy en día, que consideráis que la enseñanza actual es dura, reflexionar sobre como tuvimos que vivirla nosotros en aquella época sin ningún tipo de libertad.

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